martes, 10 de noviembre de 2009

¡Ahí viene la Catrina!

Por: Lesem Yazmín Salgado Lojero
Este 2 de noviembre fue la celebración de día de muertos, la fiesta comenzó desde el día primero, donde se hacen todos los preparativos para recibir a los familiares y amigos que ya murieron, dejándoles un altar con la comida que mas disfrutaban, también se les ponen bebidas de su predilección, algún dulce de tradición o una probadita de algún vicio, unos cigarros o un tequila, según el gusto del “muertito” acompañado de incienso, flores, fruta, el tradicional pan de muerto y veladoras, son los básicos de un altar. La Unesco ha declarado a esta festividad como Patrimonio de la Humanidad. Es una celebración prehispánica, pero se conjunto en la conquista con la celebración católica del día de los fieles difuntos y todos los santos. En los lugares pequeños realmente se disfruta esta celebración, obviamente plagada de tradición, se convierten en días de carnaval, fiesta para todos, incluso en algunos lugares el día 3 muy temprano, la gente se queda en el panteón para despedir a sus difuntos que vinieron a pasar la fiesta.
Nuestros ancestros celebraban esta fiesta presidida por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la "Dama de la Muerte" y esposa de Mictlantecuhtli, Señor de la tierra de los muertos. Estas eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos. Muy parecido a lo que nosotros conocemos, con la diferencia del mes, pequeño detalle, esta se celebraba en el noveno mes del calendario solar mixteca, por inicios del mes de agosto, y se celebraba durante un mes completo, donde las danzas, música, comida, no paraba. Así que si nos ponemos a pensar desde cuando se da esta celebración, se tiene un cálculo aproximado de unos trece mil años de tradición que con algunos ajustes católicos debido a la llegada de los españoles.
Recuperar nuestras tradiciones es muy importante para cultivar nuestra identidad como mexicanos. La influencia norteamericana en nuestro país hace que se confunda con Halloween, incluso en muchos lugares se prefiere esta celebración que la propia. Los disfraces, pedir dulces, montar calabazas con velas, es ajeno a las costumbres, tal vez celebrarlo sin olvidar nuestras raíces. Desgraciadamente la comercialización de los productos ha hecho más popular el Halloween, creando un choque de culturas y perdida de tradiciones.
Es alentador ver que en las escuelas se fomentan estas tradiciones, el rescate que hacen en muchas escuelas no solo de tradiciones sino también de lenguas indígenas, para su preservación, enseñando a los niños a respetar la diversidad. Vergonzoso seria querer negar nuestras tradiciones. Tapar con un dedo por ignorancia la grandeza de nuestros antepasados.










2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una pena que olvidemos nuestras tradiciones. A mi me fascina el Halloween y la temporada de fines de octubre, pero creo que una tradición tan hermosa y antigua como el día de muertos no tiene porque olvidarse o ponerse en segundo termino. Yo quisiera tener la oportunidad de pasar estos días en Janitzio, un hermoso pueblo donde el día de muertos es melancolicamente hermoso. O en nuestro estado, donde se realiza el famoso Xantolo. Creo que son celebraciones mexicanas que valen la pena, y de las que hay que estar muy orgullosos. Saludos Lesem, buena columna.

Anónimo dijo...

Este comentario fue escrito por Juan de Dios M.V.