Por. Víctor Vázquez
Un par de tacones, maquillaje, ropa de mujer y pelucas de cabello sintético, es lo que forma parte del closet de un travesti, una persona como cualquiera de nosotros, con un sinfín de aptitudes y defectos, pero que a final de cuentas, tiene sentimientos, cosa que a muchos no les importa al momento de discriminar y hasta asesinarlos.
Y es que tanto la homofobia como transfobia son agresiones, odio y desprecio hacia personas de una condición sexual diferente y gusto por el uso de la ropa femenina, y que esos tipos de fobias forman parte de una cultura de rechazo a las personas que son diferentes, gracias al machismo del mexicano principalmente.
Hay cifras alarmantes donde de 1995 a 2007 se han registrado solo 464 casos, esto según la Comisión Ciudadana Contra Crímenes de Odio por Homofobia, sin embargo, por miedo o amenazas de aquellos que discriminan, muchos travestis han preferido guardar silencio, quedando demasiados crímenes en el anonimato.
Entonces, la supuesta libertad de expresión del siglo XXI de la que tanto se presume en México queda limitada tanto en este como en muchos casos, gracias a un modo de pensar diferente de una sociedad machista y falta de una cultura que aprenda a respetar a este sector de la población y ver el travestismo como una forma más de expresar sentimientos.
Muchos travestis han decidido guardar su vestuario en el closet, dejar en el olvido aquel gusto por ser diferentes y ser quienes quieren ser, por temor a ser señalados en la calle, a no ser respetados y aceptados hasta por nuestro propio sistema de justicia, que en vez de apoyarlos, simplemente los toman como objeto de burla.
Sin embargo, ¿ustedes creen que no discriminan a un travesti? Existen muchas formas de discriminar y en muchas ocasiones una mirada dice mucho, el señalar con el dedo y el criticarlos, pero no sabemos qué es lo que realmente sienten cada vez que hacemos eso, porque no estamos en su lugar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario