miércoles, 19 de agosto de 2009

“Se han reabierto las heridas”

Adriana García

Han pasado 12 años desde aquel día cuando habitantes de la comunidad de Acteal en el municipio de Chenalhó, Chiapas, fueron testigos del asesinato a 45 indígenas tzotziles. Por este hecho, fueron condenados 80 indígenas de comunidades vecinas implicados directamente en el ataque. Desde aquel entonces algunos funcionarios menores purgaron sentencias de entre tres y ocho años de cárcel por homicidio y lesiones por omisión o por portación de armas de fuego de uso exclusivo del ejército, lo que es de llamar la atención que que los altos funcionarios nunca rindieron declaraciones.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación, decide liberar a 20 de los presuntos implicados en el conflicto por falta de pruebas en la investigación y en el proceso judicial. Una vez mas como es costumbre la justicia mexicana no responde a su pueblo, se llenas de injustica e irregularidades en las investigaciones, han llevado a la emisión de sentencias sin solidez, dejando los casos impunes. Una de las razones que argumentó la corte al anular la condena fue que se violaron las garantías individuales de tener derecho a una buena defensa.
Ahora los 20 liberados, que pasaron casi 12 años en prisión no volverán a Acteal por temor a represalias de los habitantes, las autoridades piensan que Es importante para mantener la tranquilidad en la zona, ahora viven temporalmente en un hotel de Tuxtla Gutierrez
Según Carlos Marín, en la revista Proceso, todo fue una estrategia del gobierno de Zedillo, siempre se habló de las injusticias cometidas, de la fabricación de culpables, de una revuelta militar para crear conflictos sociales. Como es común existen diferentes versiones de cómo sucedieron los hechos, quienes se dicen testigos y consideran injusta la liberación de los presos ya que los consideran culpables, pero, entonces: ¿quiénes son los verdaderos culpables?

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