miércoles, 19 de agosto de 2009


Por: Ana Claudia Martín del Campo

Un día de aquellos, estaba en mí recamara buscando una cantidad de dinero (que por mi estado permanente de distracción había perdido), entonces pregunte a mi hermana, si había visto este dinero, con cierto tono de perspicacia y espontaneidad, respondió: ¡Ah! ¿era el que estaba encima del tocador?, yo lo tome, pero no es tuyo le aclare, entonces ella me dijo la palabra que me ha hecho reír muchas y muchas otras me ha salvado de dificultades; la que logró que en ese momento se me olvidara el enojo por el dinero perdido; dicha palabra fue:¡desoleé!. Mi hermana me explicó que era una expresión del idioma francés y significaba algo así como, ¡con la pena! De ahí el titulo de esta columna, que espero disfruten.
El hecho de “hojear” el periódico o ver un noticiero, se ha convertido para mi en algo desalentador y hasta cierto punto frustrante, observar lo que pasa en el país, me ha cansando, prender la televisión y ver presentaciones de criminales como si fueran estrellas de televisión, deslumbrados por flashes de camaras, rodeados de micrófonos, haciendo ver a este individuo como una “celebridad”, olvidando que esté secuestró, asesinó, violó, traficó con droga, extorsionó, etc. Las autoridades después de un año o más aparecen en conferencias con el absurdo de: “Nuestros sofisticados sistemas de inteligencia nos han llevado a estos hechos”, mi pregunta es, ¿Por qué utilizan hasta ahora esos sofisticados sistemas?, ¿Porqué no lo hicieron hace un año cuando sucedieron las cosas?, cuando secuestraron, cuando mataron, cuando violaron, ¿Porqué hasta ahora se acuerdan del dolor de las personas, de las victimas?, lo que me respondo es simple “por lucir bien”, “por llamar la atención” y para tratar de decirnos a la sociedad “Si trabajamos, si cumplimos, si nos preocupamos” cuando todos sabemos que eso no es así. México sigue siendo un país sin seguridad, la corrupción, la falta de empleo, de educación, la falta de oportunidades hace que en este país, la delincuencia siga estando al frente, que siga presente, permite que sigan existiendo pseudos-personas sin escrúpulos, sin moral, ni ética; que continúan destrozando personas, familias, vidas; y las autoridades siguen haciendo lo que saben hacer encubrir, postergar, diluir, minimizar.
No debería importar tu apellido para que las cosas sucedan, no debería importar de quien eres hijo, pariente o amigo, la justicia en teoría debería ser igual para todos, pero tal parece que no es así. La descomposición social que existe en el país, aunada a otros factores ha hecho que suceda esto, que aparentemente vivamos en el país que se ha convertido México: “El país del no pasa nada”, las cosas deberían cambiar, pienso que ese es el deseo y el empeño de muchos de los mexicanos que habitamos este país. Sólo es cuestión de que cada quien haga su chamba de la mejor manera para que esto suceda.

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