miércoles, 19 de agosto de 2009

Shermer está de luto

Juan de Dios Mastachi Vargas

El mundo del cine hollywoodense se encuentra de luto desde el pasado jueves, debido al repentino fallecimiento de John Hughes, guionista, director y productor, representativo de los ochenta y los noventa, debido a un paro cardiaco en Manhattan. Las aportaciones de Hughes al cine juvenil y al cine familiar significaron múltiples éxitos de taquilla y el ascenso al estrellato de muchos actores, además de paradigmas de los mencionados géneros. ¿Quién puede olvidar las aventuras de cinco disimiles adolescentes en la inolvidable “El Club de Los Cinco” (The Breakfast Club, 1985)? ¿O a aquel niño rubio gritón en “Mi Pobre Angelito” (Home Alone, 1990)? Seguramente nadie que haya disfrutado o haya crecido con aquellos filmes, guardados en la memoria colectiva de muchos.
Hughes comenzó a perfilarse como un exitoso guionista aún con un no muy celebrado inicio en el guión cinematográfico con Class Reunion (1982), gracias a un muy buen uso de situaciones comunes entre las familias norteamericanas, y su mayor fuente de inspiración durante los ochenta: los adolescentes. Filmes como Se Busca Novio (Sixteen Candles, 1984), Ciencia Loca (Weird Science, 1986) o Pretty in Pink (1986) lo elevaron al amplio reconocimiento en el mundo del cine, y estrellas como Anthony Michael Hall, Matthew Broderick o Molly Ringwald a ser los actores jóvenes más cotizados de la época. El éxito de estas películas se debió a la cercanía de las situaciones recreadas en ellas con la realidad adolescente de la época, además de proveer nuevos ídolos adolescentes al público.
Hughes también colaboró a devolver el éxito a la revista cómica National Lampoon con la franquicia cinematográfica Vacaciones, protagonizada por Chevy Chase. Otros saboreos con el cine familiar los dio a fines de los ochenta, con filmes como Tío Buck Al Rescate (Uncle Buck, 1989), hasta que llegó su mayor éxito en el género con Mi Pobre Angelito (1990), que vendió más de 470 millones de dólares mundialmente. A esta le siguieron otros filmes rescatables como La Pequeña Pícara (Curly Sue, 1991), Beethoven (1992), Mi Pobre Angelito 2 (Home Alone 2, 1992), 101 Dálmatas (101 Dalmatians, 1996), entre otros, además, contribuyó a las ideas originales para Sueño de Amor (Maid in Manhattan, 2002) y la reciente Drillbit Taylor (2008).

El reconocido guionista, inspiración para cineastas como Kevin Smith (Clerks) o Wes Anderson (The Royal Tennenbaums), también incursionó como director con filmes de su autoría como Se Busca Novio o El Club de los Cinco. Su último trabajo como director fue La Pequeña Pícara.
Cabe destacar las ideas que hicieron únicos sus filmes, como la mención del ficticio suburbio de Shermer, Illinois (nombre original de Northbrook, donde Hughes estudió la preparatoria) en historias que, precisamente, transcurren en la preparatoria. Los peinados estrafalarios y las diferentes actitudes de sus personajes confluían de manera genial con la música pop que inundaba por momentos sus situaciones, como el genial Ferris Bueller animando Chicago con Twist and Shout de The Beatles o los cinco estudiantes en detención alborotando una biblioteca vacía al ritmo de We Are Not Alone de Karla DeVito en la ficticia Shermer High School de El Club de los Cinco. Escenas como esas, o el ver a un niño deshacerse cínicamente de dos ladrones bobos, o a un padre de familia neurótico encariñarse con un perro san Bernardo pasaron por la mente de Hughes para ser transmitidas repetidamente a través de los años, y sin duda esto continuará, a pesar de que el genio de la comedia ya no está entre nosotros. Shermer está de luto, pero los demás siempre agradeceremos a Hughes por mostrarnos cómo podemos hacer de un momento aburrido un momento genial.

No hay comentarios: