Por: Karla Fernández
De acuerdo a los datos de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) Latinoamérica ha visto como en los últimos quince años han sido asesinados 338 profesionales de la prensa debido al ejercicio de su profesión y 11 más permanecen desaparecidos, de los cuales 80 aproximadamente han ocurrido en México; por ello la Comisión Nacional de Derechos Humanos expresó su preocupación por el incremento generalizado de agresiones en daño a periodistas, principalmente, en el caso de los homicidios y desapariciones, así como por la impunidad sobresaliente para castigar tales ilícitos. Esto llevó a sostener al organismo que “En México el periodismo se ha convertido en una profesión de alto riesgo”.
Hablar con la verdad y dar a conocer los acontecimientos que ocurren en nuestra sociedad hoy en día se ha convertido en un peligro, hablar de narcotráfico, delincuencia y política está prohibido.
Hace veinte años, una manera muy simple para controlar a la prensa era limitar la cantidad de papel disponible y en el caso de las revistas que eran muy pocas, una sola persona podría comprar todos los ejemplares para que no fueran leídos por las personas, sin embargo ahora es diferente la censura e intimidación se da de diferente forma, de una forma mucho más excedida, ya no basta con impedirle a cierto reportero que deje de escribir sobre algún tema que afecte a cierta persona o cierto grupo, hoy en día es necesario cerrarle la boca para siempre. En esos momentos nos cuestionamos ¿Dónde queda la libertad de expresión? De que presume nuestro país, si aun, con un artículo en la constitución en donde se libera la expresión y se prohíbe la censura, se ha convertido en el país de América latina en donde más asesinatos de reporteros se han registrado en la historia del periodismo.
Ante la fuerte influencia que el periodismo tiene en la sociedad, suele ser conocido como el “cuarto poder” ya que los periodistas tienen en sus manos la verdad sobre algún personaje o sobre algún acontecimiento, sin embargo este poder no sirve de mucho, la censura es mucho más fuerte que la exigencia de la sociedad de saber la verdad, el resultado de esta censura es la creación de un periodismo inexistente en donde se le muestra a la sociedad solo algo que la entretenga, pero no la informe, y como expresa Rodolfo Walsh “El periodismo es libre o es una farsa”
Hablar con la verdad y dar a conocer los acontecimientos que ocurren en nuestra sociedad hoy en día se ha convertido en un peligro, hablar de narcotráfico, delincuencia y política está prohibido.
Hace veinte años, una manera muy simple para controlar a la prensa era limitar la cantidad de papel disponible y en el caso de las revistas que eran muy pocas, una sola persona podría comprar todos los ejemplares para que no fueran leídos por las personas, sin embargo ahora es diferente la censura e intimidación se da de diferente forma, de una forma mucho más excedida, ya no basta con impedirle a cierto reportero que deje de escribir sobre algún tema que afecte a cierta persona o cierto grupo, hoy en día es necesario cerrarle la boca para siempre. En esos momentos nos cuestionamos ¿Dónde queda la libertad de expresión? De que presume nuestro país, si aun, con un artículo en la constitución en donde se libera la expresión y se prohíbe la censura, se ha convertido en el país de América latina en donde más asesinatos de reporteros se han registrado en la historia del periodismo.
Ante la fuerte influencia que el periodismo tiene en la sociedad, suele ser conocido como el “cuarto poder” ya que los periodistas tienen en sus manos la verdad sobre algún personaje o sobre algún acontecimiento, sin embargo este poder no sirve de mucho, la censura es mucho más fuerte que la exigencia de la sociedad de saber la verdad, el resultado de esta censura es la creación de un periodismo inexistente en donde se le muestra a la sociedad solo algo que la entretenga, pero no la informe, y como expresa Rodolfo Walsh “El periodismo es libre o es una farsa”
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