miércoles, 9 de septiembre de 2009

LA NIÑERA MÁS EFICIENTE

Por.Yedi Bastida
El pasado fin de semana estuvieron de visita en casa mis sobrinas, unas niñas hermosas de 3 y 8 años, debo confesar que soy muy poco afecta a tener niños en casa, ya que generalmente mi paciencia es muy poca cuando se ponen a llorar o están de inquietos queriendo tocar todo o haciendo las preguntas de los mil “porqué”, pero bueno, tuve que solidarizarme y hacerme cargo de ellas por un rato.
Luego de un par de minutos sentadas en la sala, se pusieron de pie a correr una tras la otra desenfrenadamente, mi mayor preocupación era que se pudieran lastimar o romper algo, así que sin pensarlo dos veces encendí rápidamente el televisor en los canales de caricaturas y por arte de magia las niñas se detuvieron para poner atención en lo que apareció en la pantalla.
El control generado por este aparato sobre las niñas me pareció oportuno en el momento, pero después me puse a checar los demás canales de televisión abierta y de paga (cable y sky) para ver en que se estaban entreteniendo; y debo decir que lo que encontré me sorprendió, no porque no lo supiera, sino porque no había sido consciente de aquello con lo que mis sobrinas y otros niños están creciendo.
Por ejemplo, “Los Padrinos Mágicos” se transmiten de 3 a 4 pm en Canal Cinco, Jetix y Nickelodeon. Algo muy parecido ocurre con otras caricaturas como “Las Chicas Suerpoderosas” y “Bob Esponja” quien este año se ha hecho presente también en MTv; pero la cuestión es que la cultura que se crea en los niños ha tenido tanto impacto que incluso muchos jóvenes adultos somos mega fans de “Los Simpson”, crecimos con ellos y somos capaces de verlos durante todo el fin de semana sin hartarnos de verlos ya sea en TV Azteca o en FOX.
A toda esta cadena de vicios televisivos debemos agregar la cantidad de comerciales a los que un niño está expuesto en sólo una hora, los cuales hablan básicamente de productos chatarra y juguetes.
Un comercial de bubbaloo, en donde el gato de esta marca y un niño están sentados en un sofá disfrutando del producto que les ayuda a evadir los regaños de la mamá que en un segundo plano los está reprendiendo, es como decir: “No me importa lo que digas mamá”
A quien le estamos delegando la educación y el cuidado de los niños en su tiempo libre; al paso que vamos cada generación hacia adelante será más consumista y los valores se volverán obsoletos o inexistentes. ¿Qué dejaras entonces que vea tu hijo o tu sobrino esta tarde en casa cuando sea tu turno de cuidarlo? ¡CUIDADO!

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