jueves, 1 de octubre de 2009

Iniciando mes

Por: Lesem Yazmin Salgado Lojero
Dejando atrás las celebraciones patrias… en esta semana se inicia un nuevo mes. El cual tiene varios sucesos que se pueden comentar, después de que el mes pasado la mayor parte de los mexicanos nos ponemos hipócritamente nacionalistas, este mes tiene varias facetas. La primera parte del mes y sobre todo este viernes se recuerda con coraje e impotencia los 41 años de la matanza de Tlatelolco, hecho que sin duda marco la historia de nuestro país. Coraje por la impunidad, por los datos que quedaron sin resolver, los miles de desaparecidos que siguen vagando sin ser esclarecidos, sin duda alguna una de las etapas mas frías, negras, amargas, sangrientas e impunes de la historia contemporánea de nuestro país; huellas que dejan marcada a una generación cuando el mundo estaba dando un vuelco impresionante, una vez más nuestros gobernantes nos demostraron que no podemos pensar, actuar o reclamar nuestras necesidades, expresarnos libremente sin que existan represalias, de ahí viene la impotencia al no poder hacer nada al respecto, el no poder estallar y reclamar. Esto se ve muy relacionado con la llamada “Revolución de 1968”, movimientos que se hicieron en gran parte del mundo, inicialmente en Francia, pero se fue expandiendo a lo largo del mundo; los medios masivos de comunicación a los cuales se tenían más acceso, fueron parte fundamental para la expansión del movimiento, principalmente iniciados por estudiantes universitarios que a diferencia de sus padres, tuvieron más oportunidad de obtener más estudios que ellos, la contracultura, personajes asesinados (como Martin Luther King o Robert Kenedy,) mismos que defendían y promovían los derechos humanos, un nuevo socialismo emergido de la Europa post revolucionaria y la violada autonomía de la universidad en México hicieron que este acontecimiento estallara y se convirtiera en un movimiento crucial en la guerra sucia que vivía el país. Mucho tiempo se mantuvo callado este evento, nadie quería hablar de él, por miedo; varias madres se reunieron y protestaron para pedir los cuerpos de sus hijos, pero de esto ya jamás se retomo, la lideresa de este movimiento, ahora utiliza aquel acontecimiento como estandarte, ya que lo aprovecho para ahora convertirse en una senadora, y jamás se volvió a mencionar nada de tal evento, ¿se habrá convertido en cómplice?, o tal vez le llegaron al precio. No se menciono hasta hace muy poco, obviamente muchas cosas no fueron esclarecidas debido a que mucha de esta información se mantuvo resguardada, o fue eliminada; miles de cuerpos desaparecidos, sin rastro, sin dejar huella, lo único que dejaron fue el pésimo sabor de boca que nos da recordar este evento. Evento que no debemos olvidar, evento que no podernos rezagar, si dar la vuelta a la página, dejar los tormentos a un lado, pero el conocer nuestra historia nos abre los ojos para no repetirla, aunque estemos condenado a ello, por eso la importancia de conocerla. Esto me parece tan familiar, después de cuarenta y un años de este suceso y a pesar de eso, vivimos en un estado donde no ha pasado el tiempo, un estado en donde seguimos teniendo problemas de caciques de apellidos conocidos, un estado que parece que no tiene historia, un estado muy rico y muy pobre; donde no se sabe a ciencia exacta de donde viene, el por qué de miles de sucesos regionales; Hidalgo es uno de los estados con mayor diversidad natural, lleno de tradiciones y cultura, pero así también, está lleno de corrupción, nepotismo, pobreza y promesas falsas. Un estado lleno de artistas ocultos o talentos desperdiciados, gente que piensa, pero no se le permite hacerlo, porque el que puede pensar, puede crecer, puede mover a la gente, puede ser pieza clave para desenmascarar las mafias que se pelean dentro de nuestro territorio y además nos convertimos en cómplices silenciosos, por miedo. Emigrar es la forma más cobarde, el no involucrarse es un riesgo, ser parte del sistema, es cómodo, pero en algún momento ardera esa llama a punto de extinguirse, que nos levantara para decir “porque”… necesitamos respuestas, debemos dejar de vivir en una sociedad adormilada, en donde obsequios baratos nos compren, debemos dejar de ser aquel estado en donde no se conoce otra cosa que no gire alrededor del partido tri color, dejar de vivir como si el tiempo no pasara. ¿Cuál sería la mejor manera de demostrar nuestra inconformidad a nuestras instituciones?, ¿nos podrá ganar el miedo a represalias?, ¿dejaremos que manos sucias sigan a la cabeza? o peor aún, ¿dejaremos que títeres sigan a la cabeza?, o que los cargos se adquieran no precisamente por las capacidades intelectuales de las personas. Hasta cuando, me pregunto, hasta cuando dejaremos que nos pisoteen, hasta cuando se desenmascaran, solo espero verlo, y poderlo narrar y recordar como aquella época turbia de nuestro estado.

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