miércoles, 7 de octubre de 2009

POR. Ana Claudia Martin del Campo
Bajo la consigna de: ¡”No queremos olimpiadas, queremos revolución”!, se manifestaban cientos de estudiantes camino a la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.

Un gobierno represor hizo que existiera un movimiento como el que existió aquel 2 de octubre de 1968. Donde cientos de jóvenes y sociedad civil salieron a las calles a exigir libertad y autonomía, derechos que en teoría debieron existir y sin embargo bajo gobiernos autoritarios priístas se desvanecieron.

Según la escritora Elena Poniatowska el detonante que hizo que estos jóvenes universitarios salieran a protestar fue la toma de Ciudad Universitaria en septiembre y la detención de 500 alumnos y maestros a manos del Ejército. El grito de “UNAM, territorio libre de América” fue el incentivo para llevar acabo una marcha que tuvo distintos matices: ímpetu, espíritu, emoción, miedo angustia, incertidumbre, etc.
A las 18: 10, dos luces de bengala iluminaron el cielo de un tono rojizo, 5 mil soldados y 300 tanques de asalto rodearon la zona, entonces se escucharon los primeros disparos. Un infierno se desató en el lugar, la gente corría en todas direcciones, lo importante era salvar la vida.
Este acontecimiento tuvo consecuencias terribles, que no sólo se explican con cifras, forma parte de uno de los episodios más oscuros en la historia de nuestro país. Todo quedo en total impunidad, nadie hizo nada, nadie condenó a los responsables. Nadie fue expuesto, sentenciado o encarcelado. Pasó lo que pasa con muchos casos similares, se le dio carpetazo y se olvido.
Hoy, en 2009 a 41 años de la masacre, la ventanilla sigue cerrada. A 41 años, la consigna “Dos de octubre no se olvida” se grita en la marcha en la que participan jóvenes que ni siquiera habían nacido. Se quiere justicia, y no la hay, no existe, parece que nunca ha existido es mejor desentenderse del tema para el gobierno que estuvo a cargo de dicha masacre y para los que vinieron después..
Sin embargo creo que lo que nos corresponde como sociedad es señalar a los culpables, es la única manera de que la historia no la escriban sólo los poderosos, la única forma de hacer más habitable un país, en donde la impunidad y la injusticia es algo que sucede todos los días, ¡desoleé!
Entre otras cosas…
En esta ocasión quiero disponer de un pequeño espacio (que utilizaré en algunas ocasiones cuando el tema y las ganas lo ameriten).
Quiero decir ¡Felicidades Brasil!, por ganar la sede para organizar los Juegos Olímpicos del 2016. El hecho de que un país del continente sudamericano tenga a su cargo este importante evento, me alegra mucho, porque va darle un “sabor” especial a la máxima justa deportiva. Así que Rio 2016 inundará al mundo con samba y caipirinha, ¡que rico!

1 comentario:

Juan dijo...

Me parece que el tema es muy interesante y bien manejado, aunque creo que es un tema que puede dar para más. Pudiste haber extendido tu opinión, pero aún así creo que estuvo bien. Sigue así.